¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta normal ante determinadas situaciones, y puede ser tanto deseable como indeseable en función del contexto. Por ejemplo, puede ser deseable una respuesta de estrés ante la amenaza de ataque físico por parte de otro indindividuo, pues preparará nuestra respuesta de huida o de “salir corriendo”. Pero será poco deseable la respuesta de estrés en el caso de estar llegando tarde a una cita mientras se viaja en metro, puesto que llegaremos igual de tarde estando estresados o estando relajados.
Se conocen multitud de posibilidades para abordar de modo satisfactorio los problemas relacionados con ansiedad y estrés.
Desde la psicología se describen diversos trastornos por ansiedad que se citan a continuación:
Trastornos de ansiedad
1. Fobia específica
La fobia específica se define como un temor acusado y persistente que es desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. Ello nos puede llevar a evitar dicho objeto o situación por el malestar y la ansiedad que nos produce, de manera que puede dificultarnos o impedirnos el desarrollo de nuestras funciones, capacidades y el desempeño en diversas áreas de la vida.
Criterios para el diagnóstico de la fobia específica
A. Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos (p. ej., volar, precipicios, animales, administración de inyecciones, visión de sangre).
B. La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación determinada.
Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o abrazos
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional.
Nota: En los niños este reconocimiento puede faltar.
D. La(s) situación(es) fóbica(s) se evitan o se soportan a costa de una intensa ansiedad o malestar.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar provocados por la(s) situación(es) temida(s) interfieren acusadamente con la rutina normal de la persona, con las relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien provocan un malestar clínicamente significativo.
F. En los menores de 18 años la duración de estos síntomas debe haber sido de 6 meses como mínimo.
G. La ansiedad, las crisis de angustia o los comportamientos de evitación fóbica asociados a objetos o situaciones específicos no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, por ejemplo, un trastorno obsesivo-compulsivo (p. ej., miedo a la suciedad en un individuo con ideas obsesivas de contaminación), trastorno por estrés postraumático (p. ej., evitación de estímulos relacionados con un acontecimiento altamente estresante), trastorno de ansiedad por separación (p. ej., evitación de ir a la escuela), fobia social (p. ej., evitación de situaciones sociales por miedo a que resulten embarazosas), trastorno de angustia con agorafobia, o agorafobia sin historia de trastorno de angustia.
Tipos:
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- Tipo animal
- Tipo ambiental (p. ej., alturas, tormentas, agua)
- Tipo sangre-inyecciones-daño
- Tipo situacional (p. ej., aviones, ascensores, recintos cerrados)
- Otros tipos (p. ej., evitación fóbica de situaciones que pueden provocar atragantamiento, vómito o adquisición de una enfermedad; en los niños, evitación de sonidos intensos o personas disfrazadas)
2. Fobia social
La fobia social se define como un temor acusado y persistente a una o más situaciones sociales o de actuación en público en las que la persona se ve expuesta a gente desconocida o al posible escrutinio por parte de los demás. El sujeto teme actuar de alguna manera que pueda ser humillante o embarazosa.
Criterios para el diagnóstico de la fobia social
A. Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que sea humillante o embarazoso. Nota: En los niños es necesario haber demostrado que sus capacidades para relacionarse socialmente con sus familiares son normales y han existido siempre, y que la ansiedad social aparece en las reuniones con individuos de su misma edad y no sólo en cualquier interrelación con un adulto.
B. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación. Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no pertenecen al marco familiar.
C. El individuo reconoce que este temor es excesivo o irracional. Nota: En los niños puede faltar este reconocimiento.
D. Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad o malestar intensos.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar que aparece en la(s) situación(es) social(es) o actuación(es) en público temida(s) interfieren acusadamente con la rutina normal del individuo, con sus relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien producen un malestar clínicamente significativo.
F. En los individuos menores de 18 años la duración del cuadro sintomático debe prolongarse como mínimo 6 meses.
G. El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno metal (p. ej., trastorno de angustia con o sin agorafobia, trastorno de ansiedad por separación, trastorno dismórfico corporal, un trastorno generalizado del desarrollo o trastorno esquizoide de la personalidad).
H. Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito en el Criterio A no se relaciona con estos procesos (p. ej., el miedo no es debido a la tartamudez, a los temblores de la enfermedad de Parkinson o a la exhibición de conductas alimentarias anormales en la anorexia nerviosa o en la bulimia nerviosa).
Generalizada: si los temores hacen referencia a la mayoría de las situaciones sociales (considerar también el diagnóstico adicional de trastorno de la personalidad por evitación)
3. Agorafobia
La agorafobia está constituida por un conjunto de temores a lugares públicos -especialmente cuando el paciente está solo-, como salir a la calle, utilizar trasportes públicos y acudir a lugares concurridos (supermercados, cine, campos de fútbol, etc.), que producen una interferencia grave en la vida cotidiana. A este miedo nuclear pueden sumarse algunos otros temores externos, como montarse en ascensores, atravesar túneles, cruzar puentes, etc., así como temores a sensaciones corporales (palpitaciones, vértigos, mareos, etc.) o el miedo intenso a los ataque de pánico e incluso temores a la interacción social.
Criterios para el diagnóstico de la agorafobia
A. Aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer una crisis de angustia inesperada o más o menos relacionada con una situación, o bien síntomas similares a la angustia, puede no disponerse de ayuda. Los temores agorafóbicos suelen estar relacionados con un conjunto de situaciones características, entre las que se incluyen estar solo fuera de casa; mezclarse con la gente o hacer cola; pasar por un puente, o viajar en autobús, tren o automóvil.
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Nota: Considerar el diagnóstico de fobia específica si el comportamiento de evitación se limita a una o pocas situaciones específicas, o de fobia social si tan sólo se relaciona con acontecimientos de carácter social.
B. Estas situaciones se evitan (p. ej., se limita el número de viajes), se resisten a costa de un malestar o ansiedad significativos por temor a que aparezca una crisis de angustia o síntomas similares a la angustia, o se hace indispensable la presencia de un conocido para soportarlas.
C. Esta ansiedad o comportamiento de evitación no puede explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como fobia social (p. ej., evitación limitada a situaciones sociales por miedo a ruborizarse), fobia específica (p. ej., evitación limitada a situaciones aisladas como los ascensores), trastorno obsesivo-compulsivo (p. ej., evitación de todo lo que pueda ensuciar en un individuo con ideas obsesivas de contaminación), trastorno por estrés postraumático (p. ej., evitación de estímulos relacionados con una situación altamente estresante o traumática) o trastorno de ansiedad por separación (p. ej., evitación de abandonar el hogar o la familia).
4. Ataques de pánico
Un ataque de pánico se describe como un estado emocional que puede estar asociado a cualquier trastorno por ansiedad.
Podemos diferenciar entre:
- Ataques de pánico espontáneos, en los que no se conocen estímulos o situaciones desencadenantes.
- Ataques de pánico situacionalmente determinados, en donde invariablemente se identifica un estímulo situacional espceífico.
- Ataques de pánico situacionalmente predispuestos, en los que es probable, aunque no de forma invariable, la identificación de un estímulo situacional específico como precursor del ataque de pánico.
Pueden aparecer sensaciones como: Hormigueo en algunas zonas del cuerpo, presión en el pecho, sensación de ahogo, mareo, sensación de sofoco, sensación de falta de aire o ahogo, temblores, sensación de irrealidad, etc.
Pueden aparecer pensamientos como: “Nada es real”, “estoy teniendo un ataque al corazón”, “me voy a morir”, “he perdido el control”
Suele durar un par de minutos aunque a veces, se puede alargar hasta alcanzar unos diez minutos de duración.
5. Obsesiones y Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
Para entender el trastorno obsesivo-compulsivo TOC es adecuado reparar primero en cada uno de sus elementos constituyentes, es decir, en las obsesiones y en las compulsiones.
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Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan como invasores e inapropiados y provocan malestar o ansiedad en un grado importante. Las obsesiones no son simples preocupaciones excesivas sobre los problemas de la vida.
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Las compulsiones surgen del intento de ignorar o suprimir esos pensamientos o impulsos, de neutralizaros con algún pensamiento o acción.
6. Estrés postraumático
El estrés postraumático tiene por origen el que la persona haya vivido una situación de miedo intenso, indefensión o terror. Podría ser el caso de víctimas de violación, de abuso sexual infantil, de abuso físico, de delitos y otros posibles desastres.
Los síntomas se distribuyen en tres amplia categorías. Éstas incluyen recuerdos invasivos, síntomas de evitación y de falta de sensibilidad, e hiperactivación fisiológica.
Los pensamientos invasivos consisten en que el acontecimiento traumático se revive de alguna manera. Los recuerdos del trauma pueden invadir la conciencia una y otra vez. Pueden aparecer incluso durante el sueño, en forma de pesadilla. El individuo suele reaccionar a estos pensamientos invasivos con intensas reacciones psicológicas (terror, repugnancia, depresión,etc.) y/o repuestas fisiológicas (aumento de la tasa cardíaca, sudor, respiración rápida, etc.).
7. Ansiedad generalizada
¿Cómo acabar con el estrés de manera rápida y eficaz?
Si usted deseara conocer cómo acabar con el estrés de manera rápida y eficaz, tal vez le interese conocer la relajación muscular progresiva de Jacobson también llamada relajación progresiva o simplemente técnica de Jacobson.
Esta técnica para eliminar la ansiedad y el estrés apareció en 1920 y desde entonces ha ganado gran popularidad gracias a su sencillez y el aval científico que respalda su eficacia.
A continuación se encuentra un vídeo mediante el cual usted podrá instruirse en el empleo y aplicación de esta sencilla técnica de Jacobson. Lo único que necesitará antes de comenzar es adoptar una posición cómoda, ya sea sentado o tumbado, y disponer de diecisiete minutos. Si usted fuera una persona que frecuentemente padece ansiedad y estrés, puede que le fuera conveniente practicar con cierta periodicidad dicha técnica. Con la práctica, cada vez podrá aplicarla en menos tiempo y con mayor efectividad. Hasta el punto de poderla emplear en prácticamente cualquier lugar y cualquier posición.