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-Estar más en forma,  mejorar la nutrición y bajar de peso

El alcohol aporta al cuerpo grandes cantidades de calorías vacías, es decir, el número de calorías es muy elevado en relación a su valor nutricional, como también sucede con otros alimentos como  al azúcar o a la bollería industrial. Todas estas calorías, si no se gastan, se almacenan en el cuerpo en forma de grasa.  Además, dejar de beber incrementa la capacidad de el cuerpo de absorber zinc, ácido fólico,  Thiamina, Vitamina B12 y vitamina C.

Si quieres mejorar tu perfil lipídico, en otras palabras, la cantidad de grasa almacenada en tu cuerpo, probablemente encuentres que es mucho más fácil mantener tus objetivos estando sobrio.  Como es conocido, el hacer ejercicio ayuda al control de peso, pero hay que tener en cuenta, que los beneficios del ejercicio se ven disminuidos si van acompañados del consumo de alcohol. El alcohol mella tu metabolismo y la recuperación muscular, suponiendo un lastre importante para tu resistencia durante el ejercicio y la conversión de los hidratos de carbono en energía utilizable.

Hay otros factores estrechamente involucrados con estar más en forma que están directamente vinculados a dejar de beber, como la mejorar el sueño. Los que se dedican al deporte o quieren estar en forma deberían saber que durante el sueño es cuando ocurre una gran parte del crecimiento muscular así como la reparación de nuestro organismo tras el estrés generado durante el ejercicio.

 

-Tener menor propensión a contraer o desarrollar enfermedades

El consumo de alcohol está considerado como uno de los factores que incrementan la probabilidad de desarrollar multitud de enfermedades, como por ejemplo: anemia, cáncer, problemas cardio-vasculares, cirrosis,  demencia, depresión, epilepsia y convulsiones, gota, alta presión arterial, enfermedades infecciosas como VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, pancreatitis…

En resumen, beber incrementa en extremo las probabilidades de desarrollar cáncer, enfermedades infecciosas, enfermedades mentales y enfermedades cardio-vasculares. El alcohol está clasificado como un cancerígeno del Grupo 1 por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC).

No obstante, al dejar de beber los beneficios para la salud aparecen de inmediato, con mejoras en el funcionamiento del sistema inmune, en los niveles de colesterol y la cantidad  de azúcar en sangre. En resumen, al dejar de beber tu cuerpo se hace más capaz de combatir eficazmente las enfermedades.

-Tener mejor sexo, más placentero, seguro y saludable.

La relación entre sexo y alcohol a menudo resulta en una mayor frecuencia de relaciones sexuales con la persona indebida y una disminución en la satisfacción en el acto sexual.

Es cierto que el alcohol puede hacer que nos sintamos con más deseo sexual, pero a la vez, el mismo alcohol disminuye la probabilidad de llevar este deseo a buen puerto. bajo los efectos del alcohol, tanto hombres como mujeres vemos disminuida nuestra capacidad de sentir placer con la estimulación genital, pudiendo incluso impedirnos alcanzar orgasmos. En el caso de los hombres, el consumo de alcohol también puede imposibilitar la erección.

El alcohol, dificulta nuestro juicio y  puede ser el responsable de que tengamos más conductas sexuales de riego, lo cual incrementa la probabilidad de contraer enfermedades y embarazos no deseados.

-Mejorar tu inteligencia

Beber entorpece los procesos mentales y la capacidad de los sentidos, por eso dejar la bebida contribuye a la claridad mental. Al dejar de beber no solo se piensa mejor, sino que también estás dejando fuera de juego una sustancia que entorpece el aprendizaje, la adquisición y la retención de nueva información.

Los efectos del alcohol sobre tu mente tienen presencia más allá de los periodos de ebriedad.  Una noche de borrachera puede traer efectos no solo al día siguiente, sino que puede dificultar los procesos mentales incluso tres días después de la ingesta.

-Sentirte mejor

El consumo de alcohol no solo tiene efectos sobre la cognición, sino que también afecta negativamente al estado anímico y a la regulación emocional.  Bajo la influencia del alcohol las emociones se pueden percibir con mayor intensidad o distintas a las que sentimos cuando estamos sobrios. La influencia del alcohol sobre nuestras emociones no se limita a las borracheras, sino que sus efectos van más allá del periodo de embriaguez, puesto que los días que siguen al consumo se puede percibir un estado anímico más deprimido.

-Mejorar la relación con los demás

Los problemas en la gestión emocional y el estado de ánimo derivados del consumo de alcohol, muy probablemente entorpecen nuestras relaciones personales. Hay quien al beber pude estallar en ira o tristeza y evocar estos sentimientos de mala manera sobre su pareja, amigos o familia.

Por otro lado, el estado deprimido que provoca el alcohol puede llevarte a alejarte de los demás, incluso cuando estás sobrio, de manera que termines evitando cada vez más el contacto humano.

– Tener más dinero

El alcohol es un producto muy caro. Por ejemplo, un varón que bebe 21 unidades de alcohol por semana -que es el consumo máximo que recomienda la seguridad social española, serían tres quintos por día. Poniendo que el quinto o caña de cerveza en un bar tiene un precio de 1€ serían unos 90€ al mes. Una persona que excediera este límite de 21 unidades y tomara unas tres o cuatro copas al día, podría estar gastando al rededor de unos 450€ .