Seleccionar página

Este artículo va destinado a los fumadores habituales que alguna vez se han planteado cómo dejar la mariguana, exponiendo los pasos a seguir para valorar si es conveniente dejarlo en nuestro caso particular, y de ser así, el cómo podemos hacer para dejarlo, además enumeramos 72 ventajas de vivir sin marihuana. Si llevas tiempo fumando mariguana o  hachís y ya ha pasado a ser parte de tu día a día, probablemente hayas sopesado las ventajas y las desventajas, puesto que aunque fumar puede ser algo de lo que disfrutes, probablemente también seas consciente de que tiene por precio un seguido de consecuencias tal vez no tan satisfactorias. Por ello puede ser recomendable irse planteando si la recompensa que conlleva vale la pena el cargar con todos sus efectos derivados. Si has considerado esto varias veces, podría ser que te sintieras en un momento de duda sobre si merece o no la pena dejarlo. Sí es así, es probable que estés bastante cerca de hacer un cambio definitivo en tu manera de vivir, puesto que frecuentemente los cambios parten de esta duda. Así que:

¿Vale la pena hacer el esfuerzo de dejar la mariguana?

Para responder a esta pregunta vamos a valernos de un seguido de beneficios expuestos por ex fumadores habituales de marihuana, que tras haber conseguido vivir sin mariguana, han experimentado las siguientes mejoras:

 

  1. Mejora en la claridad de pensamiento
  2. Mejora en la lucidez y dejar de sentir vergüenza al conversar sobre temas que requieren ciertos tipos de esfuerzo intelectual
  3. Mejora en la capacidad de memorizar y aprender del momento presente (almacenar información)
  4. Mejora en la capacidad de recordar el pasado (recuperar información o acceso a la información almacenada)
  5. Sentirte más enérgico y vital
  6. Sentirte descansado con menos horas de sueño
  7. No preocuparte por tener problemas legales
  8. No preocuparte por ser descubierto por tus familiares, niños, compañeros de trabajo y otras personas que podrían reprobar tu hábito
  9. Tener más tiempo libre al no tener la necesidad de «robar» el tiempo que dedicarías al trabajo, a desarrollar una actividad o hobbie, a tu familia…comprando mariguana o estando fumado.
  10. Tener más dinero. No solo por dejar de gastar tu dinero comprando mariguana, sino que también es posible que te conviertas en una persona más productiva y puedas optar a mejores remuneraciones económicas u optar a un mejor trabajo
  11. Reducir tus niveles de ansiedad
  12. Reducir tu apatía
  13. Reducir el estado de ánimo depresivo
  14. Sentirte más capaz de mantener relaciones significativas con los demás
  15. Convertirte en una persona más capaz de lidiar con el estrés. Pudiendo aprovechar cada momento estresante para hacerte más fuerte, en vez de estar huyendo fumando marihuana.
  16. No más paranoia. Dejar de pensar que la gente habla de ti, o que te mira en el metro, o que algo malo puede pasar…
  17. Sentirte más respetuoso contigo mismo
  18. No más «gulas» o sentir ansias de atracones de comida – a menudo poco saludable- estando fumado
  19. Tener los pulmones más limpios, aumentar tu capacidad pulmonar y respirar mejor
  20. Manejar mejor los estados de ánimo
  21. Alejarse de ciertos ambientes problemáticos relacionados con el consumo de droga
  22. Juntarse con personas que sean realmente tus amigos en vez de juntarte con personas que solo están ahí para fumar
  23. Mejorar la forma física, por las ganas de hacer más deporte al sentirte más enérgico y aprovechar mejor tu tiempo, por comer mejor, dormir mejor…
  24. Despertarte recordando los sueños. Es muy frecuente que los fumadores olviden completamente el soñar y experimenten un fuerte cambio al dejar de fumar.
  25. Mejora de la apariencia, abandonar las ojeras y la cara de cansado
  26. Mejora de la capacidad olfativa
  27. Mejora de la paciencia
  28. Mejora en las tareas mecánicas
  29. Dejar de no tratar a las personas de nuestro alrededor de la manera que más nos gustaría por sentirnos irritados por la falta de THC
  30. Sentirte realmente descansado y reparado al despertarte, no siempre con aquella leve resaca de porros
  31. Desenvolverte mejor en tu trabajo
  32. No tener la casa y tus cosas desordenadas
  33. Mejora de tus habilidades comunicativas
  34. No sentirte culpable por estar mintiendo a la gente de tu entorno escondiendo tu marihuana, tus actividades y tus «ciegos»
  35. No evitar más a la gente que merece la pena por estar muy fumado como para interactuar con ellos
  36. Incrementar la sinceridad contigo mismo respecto tus experiencias emocionales
  37. No tenerse que preocupar más de quedarse sin mariguana o hachís
  38. Incrementar la capacidad de sentir placer -comiendo, escuchando música, en el sexo, en las interacciones sociales…- sin estar fumado
  39. Mejor relación con tu pareja
  40. Incrementar las posibilidades de tener pareja
  41. Mejorar la potencia sexual, mejores erecciones
  42. Incrementar la frecuencia en la que tienes sexo
  43. Mejora de la capacidad de concentración
  44. Más confianza en ti mismo por haber podido superarte al dejar el consumo de la marihuana
  45. Estar más preparado en seguir mejorando en otras áreas de tu vida
  46. Mejora de la creatividad real y llevar las cosas a cabo, en vez de llenarse de ideas locas por la noche que eres incapaz de realizar al día siguiente y que probablemente ni siquiera puedes ni explicar.
  47. Incrementar las posibilidades de vivir aventuras y de crecer como persona, haciendo cosas en vez de simplemente sentarte y estar fumado viendo TV o jugando a videojuegos
  48. Sentirte más abierto a experimentar un amplio abanico de estados anímicos en vez estarte «medicando» con marihuana todo el rato para intentar inútilmente estar bien todo el rato.
  49. Ser más capaz de sentir el bienestar real, en vez de inducirte constantemente la falsa felicidad que aporta el estar fumado
  50. No tener que pasar mucho rato para llevar a cabo tareas simples en las que si no estuvieras fumado las harías sin esfuerzo, con velocidad y con mayor precisión
  51. No tenerte que preocupar por el olor de marihuana en tu bolsillo al pasar al lado de la policía, en el trabajo, en tu casa…
  52. Tener mejor salud en general y ponerte enfermo con menor frecuencia
  53. Dejar de estar pensando, al estar acompañado de gente que no fuma, en irte de ahí para encerrarte en tu casa solo y poder estar fumado.
  54. No tener que preocuparte de dónde y cómo te vas a poder poner fumado estando con tu familia de vacaciones
  55. No tener que sentir pánico al acabarse tus suministros
  56. Mayor capacidad para focalizarte en la tarea que estás haciendo y acabarla, en vez perderte en el siguiente pensamiento.
  57. Conseguir que los estados de ánimo positivos no duren lo que dura la fumada, y que puedas pasar días enteros con ese estado de ánimo positivo
  58. No tener pesadez, «cansadilla» o dolor de cabeza cuando se va la fumada
  59. Estar siempre preparado para las situaciones de emergencia. Puedes imaginar, por ejemplo, el tener que llevar a tu hijo de emergencia al hospital estando fumado.
  60. Mejorar la capacidad de encajar con tu equipo de trabajo
  61. Mejorar la posibilidad de inspirar a otras personas presentes en tu vida a llevar a cabo cambios en sus hábitos poco saludables
  62. Empezar a recuperar recuerdos antiguos de tu vida, que habías olvidado, y con ello recobrar tu identidad y significado vital
  63. No tener que preocuparte más por el aspecto de que dan los ojos rojos, ser descubierto o dar mala imagen. Tampoco el tener que usar constantemente colirio para disimular
  64. Más confianza en poder defenderte por ti mismo, en vez de sentirte atemorizado de las potenciales situaciones al estar fumado
  65. Mayor capacidad de darse cuenta de qué te está haciendo infeliz en la vida y trabajar para mejorarlo, en vez de recurrir a la fumada como constante solución temporal para la tristeza ya crónica
  66. Estar más seguro de ti mismo sin marihuana al ser más capaz de conseguir aquello que te propones
  67. Dejar de sentir aquella ansiedad social al estar con otra gente y sentirte más a gusto al ir a clases de yoga, charlas, o lo que sea, y así poder mejorarte a ti mismo y ser más aquella persona que quieres ser.
  68. Poder conectar mejor con tu pareja sexual, sin estar fumado todo el tiempo, incrementar la conexión con tu cuerpo, con el otro y acabar con la desconexión entre tu mente y tu cuerpo.
  69. No más dolores y molestias en el pecho, el cuello y la garganta
  70. Disminuir la posibilidad de cáncer y otras enfermedades derivadas del consumo
  71. No tenerte que obsesionar más sobre si debes dejarlo o no, o si esto está afectando negativamente a tu carrera profesional, a tus estudios o a tus relaciones
  72. No tener siempre ojeras

¿Cuándo considerar que el consumo es excesivo? ¿Cuánto es fumar demasiados porros?

No hay una cantidad objetiva que determine que el consumo es excesivo. Es el criterio subjetivo el más importante a la hora de saber si estás fumando demasiados porros. Una de las preguntas clave que debes hacerte es:
¿En qué medida el cannabis está limitando mi vida y cuán dispuesto estoy a  seguir pagando el precio que supone el coste personal que conlleva fumar?
Para responder a ello te puedes hacer preguntas como las siguientes:
  • ¿Está dificultando tu aprendizaje?
  • ¿Está afectando a tu memoria?
  • ¿Está contribuiendo a que no te sientas todo lo feliz que desearías?
  • ¿Está empezando a ser incomaptible con tus estudios o tu trabajo?
  • ¿Te está alejando de aquellas metas que consideras importantes para tu vida?
  • ¿Está empeorando las relaciones con tu pareja o tus personas queridas?
  • ¿Está afectando a tu humor diario?
  • ¿Contribuye a que hagas deporte, leas antes de acostarte, tengas buen sexo, cualquier otra actividad que consideras que es valiosa para tu vida?
Otra pregunta importanta a hacerte vinculada a la dependencia es:
¿En qué medida dependo del los porros y cuán dispuesto estoy a seguir dependiendo de ellos?
Puedes saber si estás dependiendo del cannabis preguntandote si sientes que necesitas fumar para:
  •  evadirte
  • conciliar el sueño
  • tener apetito
  • disfrutar de las pequeñas cosas de la vida
  • socializar
Si la respuesta fuera afirmativa en alguna de estas preguntas, puedes considerar que estás dependiendo de una droga, y a partir de aquí evaluar si quieres que esto siga siendo así o no.
Y la pregunta definitiva es:
¿Quiero seguir así o dejarlo puede suponer una mejora en mi vida?

Cómo dejar de consumir cannabis

No hay una sola manera de dejar el cannabis, por eso en este artículo tratamos sobre diferentes maneras para dejar la marihuana y el hachís, valorando los pros y los contras de cada una, para que decidas cuál es la manera más adecuada para ayudarte a dejar los porros.

Una vez has decidido que quieres dejarlo, deberás tomar la siguiente decisión.

¿Vas a dejarlo de forma gradual o de súbito?

Cada una de estas maneras tiene sus ventajas y desventajas, no hay una manera mejor en sí, pero sí una manera que se adapte mejor a tus circunstancias. A continuación comentamos ambas opciones para que valores la manera de dejar de fumar porros más eficaz para ti.

Deshabituación gradual del THC: La estrategia del corredor de fondo

Consiste en ir disminuyendo la dosis paulatinamente. Por ejemplo, si te fumabas unos 7 porros al día, puedes establecer un periodo de deshabituación de 28 días. Entonces se tratará de fumar un porro menos cada 4 días. Quedando una tabla así:

Dejar los porros

 

Día 1: 7 porros al día

Día 4: 6 porros al día

Día 8: 5 porros al día

Día 12: 4 porros al día

Día 16: 3 porros al día

Día 20: 2 porros al día

Día 24: 1 porro al día

Día 28: Cese definitivo. Abandonas definitivamente el consumo de hachís y/o hierba.

Dejarlo gradualmente puede ser útil para aminorar el síndrome de abstinencia o «mono» al dejar de consumir THC. Puede ser muy recomendable para los grandes consumidores, las personas que han fumado al rededor de 5 porros al día o más durante largos periodos de tiempo.  También puede ser valioso hacerlo de esta manera para aquellos que sienten la abstinencia con mucha intensidad, o para los que temen a las sensaciones asociadas a dejarlo.

El problema de este método es que requiere de un esfuerzo – que aún y poder ser menor, es decir, menos intenso- más prolongado en el tiempo. ¿Es más conveniente para ti dejar el cannabis como un velocista o como un corredor de fondo?

Otro punto importante a tener en cuenta al seguir esta vía es la necesidad de ser honesto contigo mismo, seguir los pasos para dejarlo de una manera mecánica y progresiva. No vale pasar de hacerte 5 porros a 4 porros, si te estás haciendo esos 4 más grandes y los cargas con los mismos gramos que antes te distribuías en 5 canutos.

Dentro de esta estrategia, también entraría la posibilidad de cambiar la vía de consumo, por ejemplo, si hasta ahora fumabas, puedes probar de consumir con un vaporizador o hacerte una infusión de mariguana antes de acostarte. Esto te puede ser útil para dejarlo, siempre y cuando se limite solo a una fase de transición, y no constituya una nueva forma estable de consumo.

Dejar el cannabis de golpe: La estrategia del velocista

A diferencia del punto anterior, dejarlo de esta manera consiste en establecer el día del cese definitivo y dejarlo súbitamente. En otras palabras, si te fumabas hasta el 31 de diciembre 2017 una media de 8 porros al día, y te has propuesto que en 2018 ya no fumas, se trata de empezar el 1 de enero de 2018 sin fumarte ningún porro.

No todas las drogas permiten esto. Por ejemplo, las personas fuertemente habituadas a la heroína o al alcohol, deben dejarlo de forma gradual, puesto que los síntomas de abstinencia o «mono» pueden ser letales, es decir, les pueden llegar a matar.

Por suerte, el «mono» del cannabis no conlleva ningún riesgo para la salud. Incluso es probable que muy poco después de dejarlo te empieces a encontrar mejor, más descansado, más animado, más enérgico y vital…

La gran ventaja de este método es que estás menos tiempo dejándolo. ¿Qué prefieres, arrancarte una tirita lentamente o del tirón?

Si no estás convencido si se adapta a ti más la estrategia del corredor de fondo o la del velocista, es probable que incrementes las posibilidades de éxito dejándolo de golpe y manteniéndote firme en tu decisión.

Pon  todas las circunstancias a tu favor,  no lo dejes todo en manos de la fuerza de voluntad. Medidas que pueden ayudarte a dejar el cannabis:

  • -Decirle a la gente con la que fumabas que vas a dejarlo, para que no te ofrezcan, para que entiendan que quieres estar sin fumar, ni vapear, ni ninguna otra forma de consumo.
  • -Busca soporte en otras personas.  Comunicarlo a tu entorno cercano puede ayudarte a reforzar tu decisión. Si te comprometes delante de otras personas, no solo tendrás que rendir cuentas ante ti en caso de no conseguirlo, por ello esto puede servir para no salirte del camino.
  • -Deshazte de todos los objetos relacionados con fumar, y sobre todo, no tengas hachís ni mariguana a tu alcance. Aun que un 99% del tiempo estés decidido en que no quieres volver a fumar, solo que en un 1% se te ocurra fumar, si tienes «mota» o «grifa» a tu disposición, vas a hacerte un porro y a fallar en tu propósito. Por eso, no permitas que ese 1% del tiempo en el que se te pasa por la cabeza fumar, estropee el 99% del tiempo del día en el que estás convencido de que no quieres porros en tu vida.
  • -Cambia tu ocio asociado a fumar. Si por ejemplo, antes pasabas las tardes en una asociación de marihuana, o si jugabas a la «Play» en compañía de un porro… será conveniente que hagas otras cosas que no estén tan vinculadas al consumo.
  • -Aléjate un tiempo de los lugares y las personas con las que fumabas. Esto no tiene porque ser algo permanente, simplemente durante el periodo de recuperación.
  • -Introduce nuevas cosas en tu vida que llenen el espacio que antes llenaban los porros, algún hobby, tocar la guitarra, estudiar, cuidar a tu familia, busca pareja… Cosas que te hagan sentir que ha merecido la pena dejarlo, que tiene sentido porque ahora eres más capaz, tienes más tiempo y eres más libre de disfrutar y aprender de cosas que consideras valiosas.
  • -Haz deporte. El deporte te ayudará a sentir los beneficios de dejarlo todavía más rápido. Además, te ayudará a estar cansado por las noches y poder dormir bien. El deporte actúa como un regulador de las funciones del organismo tanto para el bienestar psicológico como físico.

En definitiva, deja de hacer aquello con lo que tengas fuertemente asociado a fumar, puesto que cada cosa asociada es un desencadene que puede llevarte a no alcanzar tu propósito de dejarlo.

El día de dejar de fumar porros de una vez por todas

Como decíamos, es importante poner las condiciones a tu favor en vez de remar contra corriente.

Por ejemplo, si sabes que el 15 de agosto vas de viaje en avión y no te podrás llevar nada para fumar, el día 15 de agosto puede ser el día clave para dejarlo de golpe, aprovechando que estarás 2 semanas fuera y será el tiempo perfecto para pasar la abstinencia más fuerte. Así, cuando vuelvas ya tendrás parte del recorrido andado.

¿Es mejor para ti dejarlo un viernes o un lunes? Puede que en fin de semana puedas llenar tu día de actividades que te impidan fumar, o puede que lo mejor para ti sea dejarlo un lunes, puesto que tienes asociado a fumar más el fin de semana, y entre semana, con tu trabajo, fumar se haga más complicado. Se trata de pensar en qué circunstancias la incompatibilidad con fumar es mayor.

Cuando llegues a este día, es importante que tengas hechos los deberes de poner las circunstancias a tu favor, ya sea el comunicarlo a la gente de tu alrededor o aquellas medidas que te parezcan más oportunas.

Síndrome de abstinencia o «mono» al dejar de fumar porros. ¿Qué sentiré al dejar el cannabis?

Cada persona siente de manera distinta la abstinencia. Como decíamos, lo síntomas de abstinencia de los porros tienden a ser bastante leves en comparación con otras drogas, como por ejemplo los síntomas de abstinencias al dejar el tabaco. Es decir, no suelen ser muy intensos y son de corta duración, pudiendo variar entre personas de meses, a semanas, a días o incluso hay quienes ni siquiera los sienten como una molestia. Entre las sensaciones negativas durante los días posteriores a dejar el cannabis encontramos:

-Dificultades para conciliar el sueño

-Sudores fríos durante la noche

-Despertarse a media noche y no poder volver a dormir

-Tener pesadillas

-Mal humor

-Irritabilidad

-No encontrar placer en las cosas o no divertirse como antes

-Melancolía

¿Y tu qué más has sentido?

¿Podré fumarme un porro de vez en cuando sin volver a engancharme?

Si crees que fumar porros es algo que no quieres quitar del todo de tu vida, pero no quieres tener un consumo abusivo, está bien, tal vez puedas conseguirlo, pero para este fin es probable que primero necesites dejarlo del todo durante un periodo de tiempo largo.

Si tu normalidad -hasta ahora- es fumar a diario, no fumar unos días será una excepción a la norma, pero tu cuerpo y conducta seguirán adaptados al consumo diario. Por esto hay que conseguir invertir la normalidad, es decir, que lo normal para ti sea el no fumar, y que la excepción sea fumar. Para conseguir eso, la mejor manera es estar un buen tiempo sin fumar, al menos unos meses.

Si lo dejas durante un tiempo, es probable que si te fumas un porro, rápido vuelvas al patrón de consumo abusivo, porque es algo que ya has estado haciendo durante mucho tiempo, y esto genera que tengas esta tendencia a fumar en exceso de por vida. Es algo que debes tener en cuenta para estar prevenido y actuar de la manera más conveniente para ti. Aun y que lo dejes durante un tiempo largo, si vuelves a fumar,  no partirás de 0 y te costará vovlerte a enganchar lo mismo que lo que te costó la primera vez, sino que es como que ya estás siempre a 5 y pasarás al 10 con mucha facilidad.

¿Y si no consigo dejarlo y vuelvo al hachís y/o a la marihuana?

-Si vuelves a fumar no significa que hayas fracasado. Si lo estás haciendo bien al llevar un tiempo sin fumar, y un día fumas, no tires la toalla al estilo de «de perdidos al río». Puedes retomar tu línea de dejarlo al día siguiente.

– Si aun así no lo consigues y vuelves a fumar a diario, es bueno saber que cada vez que lo intentas estás estadísticamente más cerca de conseguirlo de manera definitiva. Es decir, a tu quinto intento de dejarlo, es más probable que a tu cuarto que estés en el intento definitivo.

– Puedes solicitar ayuda psicológica en Actuo psicologo barcelona o en el centro que te sea más conveniente para analizar con profundidad los motivos por los que no lo has conseguido. Tal vez no solo fumas porros por mera dependencia o porque te gustan, tal vez el hachís o la marihuana están cumpliendo alguna otra función en tu vida, por ejemplo, puede que sean tu nexo con ciertas amistades, que te hagan sentirte acompañado, que los consideres una herramienta valiosa para inspirarte en tu trabajo… En estos casos, puede que no sea conveniente dejar de fumar sin encontrar otra vía que dé respuesta a satisfacer aquella función valiosa que están cumpliendo los porros, es decir, puede ser importante encontrar la manera de rellenando ese espacio de otra manera que tenga un coste personal menor .

Farmacología del cannabis

El principio activo de los porros son los cannabinoides.

El más conocido y estudiado es el delta-9 tetrahidrocannabionol (THC).

Otros dos cannabinoides habituales son el acannabinol y el cannabidiol.

Estas tres son las sustancias psicoactivas más prominentes en la planta y  las causantes de la mayoría de los efectos de la marihuana.

Los cannabinoides  reaccionan con sus receptores específicos (CB1 en el cerebro y el sistema nervioso y CB2 en el sistema inmunitario).

Sobre estos receptores también actúan sustancias endógenas – generadas en el propio cuerpo- como la anandamida y el araquidonil glicerol.

La inhalación -fumar- es una de las formas más rápidas de administración de cualquier droga, mucho más rápida que ingerida. Sabemos que uno de los factores que incrementa la adicción es el tiempo entre la administración de la droga y  la entrada en el torrente sanguíneo. Por ejemplo, es más adictiva la heroína inyecta que esnifada, puesto que entra en sangre mucho más rápido.

Al fumar, entran en los pulmones en forma de humo los componentes psicoactivos, y entonces, entran en contacto directo con el torrente circulatorio a través de una amplia red de capilares. Esta sangre se dirige casi de inmediato al cerebro, que es donde se encuentran la mayoría de los receptores cannabinoides.

Por lo tanto, las primeras muestras de los efectos de la intoxicación aparecen a los 10 segundos de haber expulsado el humo.

El THC se deposita rápidamente en todos los tejidos adiposos pero a la larga se dirige al hígado y a los riñones a través de la sangre, donde es metabolizado y excretado.

Según la forma de fumar varía la cantidad de THC absorbida al fumar. Hacer caladas más profundas y aguantar el humo  durante más tiempo en los pulmones, produce mayor absorción y efectos más intensos. Los fumadores más experimentados pueden absorber más THC en cada calada, pues han aprendido a fumar de manera más eficaz.

Fumadores más experimentados absorben un 27% del THC del porro, mientras que los menos experimentados absorbían el 14% (Ohlsson et al.,1982).

Consumo de marihuana vía oral

Al consumir la hierba por vía oral las sustancias psicoactivas deben recorrer el tracto gastrointestinal, que contiene diversas barreras naturales a la absorción. Estas barreras minimizan los efectos tóxicos de muchas sustancias  y por eso puede producir efectos menores que la misma cantidad fumada, puesto que gran parte de las sustancias se degradan con la digestión.

También tarda más en hacer efecto cuando la comemos que cuando la fumamos. La concentración máxima de THC se da entre 1 y 6 h después de su ingesta.

Metabolismo del THC

La cantidad de tiempo para metabolizar el THC puede variar considerablemente entre distintas personas. Pero hay que saber que el periodo requerido para eliminar el THC del cuerpo es algo distinto a la duración de los efectos psicoactivos.

El estado de intoxicación o «colocón» dura pocas horas, un par aproximadamente si la fumamos, pudiendo durar más si la sustancia es ingerida.

Si inyectamos THC, la máxima concentración de THC en el torrente sanguíneo se alcanza casi de inmediato, y tras la primera hora se elimina el 90% del THC en el torrente circulatorio, para depositarse en el tejido adiposo, para por último ser degradado y excretado.

Las estimaciones de la vida media -tiempo requerido para metabolizar una sustancia, es decir, para degradar la dosis al 50% de su cantidad original- de del THC basadas en la excreción urinaria muestran una gran variación en los distintos estudios, oscilando entre 19 h (Hunt y Jones, 1980) y 4 días (Johansson, Arguell, Hollister y Halldín, 1988).

Técnicas de estimación del a vida media no basadas en los análisis de orina sugieren que los tiempos de vida son todavía mayores. En los análisis de las células adiposas se muestra que la sustancia puede permanecer en el cuerpo hasta durante 1mes.

A pesar de la variación, parece que la vida media de la marihuana es superior a la de otras drogas. Por ejemplo, el tiempo de vida media de la nicotina es de 2 h, el de la cafeína de 3 a 6 h.

Como decíamos, no hay que confundir la vida media de la sustancia con los efectos psicoactivos de intoxicación de la droga o «colocón». La vida media puede ser de un mes, mientras que los efectos psicoactivos duran unas 2 h. Hay autores que defienden algún efecto residual de la sustancia durante semanas, mientras que otros opinan que los indicios de intoxicación a la semana han desaparecen por completo.

Receptores cannabinoides

El cannabis actúa uniéndose a un receptor concreto, el receptor cannabinoide.

Los receptores cannabinoides del sistema nervioso son los CB1 y son bastante abundantes.

Los receptores cannabinoides del sistema inmunitario se llaman CB2.

Los receptores son proteínas -secuencias de aminoácidos-.

Los cannabinoides se unen a la porción del receptor que está fuera de la célula y desencadena la acción dentro de ella.

Los receptores cannabionoides y los sistemas cerebrales a los que están asociados no trabajan solos. Cualquier alteración de un neurotransmisor puede modificar el funcionamiento del resto. El THC modifica el sistema dopaminérgico, al igual que la cocaína, las anfetaminas, la nicotina y el alcohol.

El THC interfiere con la acetilcolina, un neurotransmisor que interviene en la memoria. Este efecto sobre la acetilcolina puede ser el causante de los problemas de memoria asociados alconsumo de cannabis.

Los receptores cannabinoides humanos son muy parecidos a los de los roedores. También tienen receptores cannabinoides las sanguijuelas, molusocos, pollos, tortugas, truchas, moscas de la fruta, incluso protrozoos primitivos, como la hidra de agua dulce. La presencia de este receptor a tan gran cantidad de especies sugiere que debe tener una función importante y universal.

Cannabinoides endógenos

Se han identificado algunas sustancias endógenas -generadas dentro del propio cuerpo- que interaccionan con el receptor cannabinoide. Los dos más estudiados son el araquidoniletanolamina (anandamida) y el 2-araquidonilglicerol (2-AG).

-La anandamida fue el primer cannabinoide identificado en el cuerpo y se denominó así por la palabra sánscrita ananda, que significa dicha» o «éxtasis» (Devane et al., 1992).

La molécula de la anandamida no se asemeja especialmente al THC, pero ambas interaccionan con los mismos receptores cannabinoides.

Las enzimas metabolizan la anandamida bastante rápido, por lo que la duración de su acción es más corta que la del THC. De todas formas, la anandamida induce algunas de las mismas reacciones que el THC, por ejemplo: estimula el hambre, disminuye la actividad, disminuye la temperatura corporal y la sensibilidad al dolor. Todavía se están realizando estudios sobre las funciones exactas de la anandamida sobre el cerebro y el sistema inmunitario.

– El 2-araquidonilglicerol (2-AG) tiene funciones relacionadas con el ritmo cardíaco y la presión arterial, pero su función exacta todavía no está clara.

Efectos sobre la salud

Parece que puede acentuar algunos trastornos mentales, pero no causarlos.

No se ha demostrado que provoque cambios en la estructura cerebral, pero su consumo prolongado altera la capacidad del cerebro para desarrollar tareas complejas.

Toxicidad

Nadie ha muerto envenenado por cannabis. Se deduce que la dosis letal de THC podría situarse en 125 mg de sustancia por kilo de peso corporal. Se estima que una persona de 73 kg necesitaría fumarse más de 900 porros a la vez para alcanzar la dosis letal.

Trastornos mentales

Parece no causarlos, pero agrava los síntomas y muchos usuarios con trastornos mentales consumen marihuana.

Trastornos de ansiedad

La ansiedad se incrementa con el consumo de marihuana.

En un estudio longitudinal reciente en el que particapron más de 800 neozelandeses, no se encontró ninguna relación entre el cannabis y los trastornos de ansiedad y dpresión (McGee, Williams, Poulton y Moffitt, 2000).

Trastornos psicóticos

Muchas personas con trastornos psicóticos han consumido o consumen marihuana. Por ejemplo, el consumo de marihuana en personas que tienen esquizofrenia, incrementa la probabilidad de que tengan más ingresos psiquiátricos.

Daños estructurales en el cerebro

No se han hallado cambios estructurales asociados al consumo prolongado de cannabis en la edad adulta, aun que sí en adolescentes.

Función cerebral

El consumo habitual puede alterar el funcionamiento del cerebro.

El consumo habitual afecta a la capacidad para procesar información y al funcionamiento del cerebro. Algunas funciones pueden recuperarse tras largos períodos de abstinencia.

Daño pulmonar

La marihuana, si se consume fumada, produce daños en los plumones similares a los que producen el humo del tabaco.

Reproducción

Parece tener un papel importante en las hormonas sexuales y el esperma.

Podría reducir la fertilidad si se consume en grandes cantidades, pero no se ha hallado todavía pruebas concluyentes y tampoco se ha relacionado con defectos de nacimiento en humanos.

Mujeres con consumos muy grandes podrían ver alterado su ciclo menstrual.

En investigaciones, en hombres que fuman 8 porros diarios durante un mes se produce una disminución significativa del número de espermatozoides y de su mortalidad (Hembree, Nahas, Zeidenberg y Huang, 1979). Sin embargo, el número y el funcionamiento de los

espermatozoides no llegaban a ser anómalos y , una vez finalizado el estudio, volvieron a los parámetros normales. Pese a todos estos trabajos, todavía no hay estudios que demuestren una disminución de la fertilidad en los hombres que consumen cannabis.

Embarazo

En un estudio realizado con más de 120000 recién nacidos no se halló relación alguna entre el consumo de cannabis y la gestación, el peso al nacer o las malformaciones (Linn et al.,1983.)

Conclusión de los daños

El humo de la marihuana daña de una manera similar al humo del tabaco. Fumar porros a diario supone un daño en los pulmones.

A dosis altas los cannabionodies pueden afectar a la producción de esperma y a las hormonas reproductoras, pero esto efectos son temporales.

El consumo diario y prolongado puede llegar a deteriorar la capacidad para llevar a cabo tareas complejas.

No se ha demostrado que su consumo ocasional cause problemas mentales o físicos importantes en adultos sanos.

La marihuana comparada con otras drogas tiene un impacto mínimo sobre la salud, es decir, el cannabis tendría menos efectos negativos sobre la salud que otras drogas legales, como el alcohol, la cafeína o el tabaco, y mata a muchas menos personas.